lunes, 25 de febrero de 2013

LA PULSIOXIMETRÍA FETAL



La hipoxia fetal intraparto puede producirse en cualquier momento del período de dilatación y/o expulsivo. Los métodos de control fetal pretenden identificar al feto presumiblemente sano y al feto posiblemente hipóxico, y actuar en consecuencia según los protocolos de cada centro.
Corresponde a la matrona la interpretación cardiotocográfica durante el parto, además de al obstetra en formación y al obstetra especializado.
Por tanto, es esencial para la enfermera obstétrico-ginecológica (matrona) conocer de forma exhaustiva los diferentes métodos de control fetal.

La pulsioximetría es un nuevo método de control, que se va introduciendo en nuestras salas de partos y que viene a representar un paso más en la difícil tarea de interpretar el bienestar fetal.
La asistencia y el control fetal durante el parto tienen como principal objetivo  disminuir la morbimortalidad fetal, destinando sus esfuerzos al diagnóstico del  sufrimiento fetal  en el parto teniendo en cuenta que éste en su fase final  supone la alteración del equilibrio ácido-base, que podría producir una asfixia  perinatal, con el consiguiente daño neurológico posterior.  

Tiene la ventaja de ser mínimamente invasiva y fácil de usar. La saturación de hemoglobina fetal oxigenada es un buen parámetro para medir el contenido-déficit fetal de oxígeno. Una saturación menor del 30% durante un periodo de tiempo superior a 10 minutos se correlaciona con una pHmetría de micromuestra de cuero cabelludo fetal <7,20 y es predictivo de mal pronóstico neonatal.
También influye de manera decisiva en el descenso de la morbimortalidad fetal  las condiciones en las que el feto llega a la situación de estrés que el parto  supone, la vigilancia fetal anteparto se encarga de que estas condiciones sean  óptimas.






Procedimiento

Las indicaciones de la pulsioximetría incluyen:  
1) Existencia de alteraciones de la frecuencia cardiaca fetal que puedan  traducir RPBF, 
2) Arritmias fetales.

Los requisitos para la colocación del sensor son:
1) Membranas rotas.
2) Dilatación cervical igual o superior a 2 cm, aunque es posible la inserción  con menor dilatación.
3) Presentación encajada, para que al moverse menos se perciba mejor la  señal.
4) Conocer la estática fetal para así poder colocarlo en la región más  adecuada.


El umbral crítico entre SpO2 normal y patológica se ha establecido de forma  casi unánime en el 30%, ya que una SaO2 < al 30% durante más de 10  minutos se asocia a un 50% de pH en arteria umbilical inferiores a 7.20 (nivel  de evidencia III). Además, experimentalmente se ha demostrado que cuando la  saturación de O2 se encuentra a niveles superiores  al 30% el metabolismo  oxidativo puede mantenerse.
Con respecto a la seguridad de la técnica, conviene precisar que es invasiva para la madre y con los nuevos sensores también para el feto, pero en estudios  controlados no se ha constatado que aumente la pérdida de sangre intraparto o  la incidencia de fiebre puerperal.


Lugar de la pulsioximetría en la vigilancia fetal intraparto

Aunque con la pulsioximetría se estudia la oxigenación fetal de forma continua,  este método no sustituye al análisis de sangre fetal, ya que el pH es el  parámetro que mejor refleja los efectos negativos del estado acido básico.
Además, la pulsioximetría no da información completa en todas las situaciones  patológicas mientras que  con el pH se identifican de forma adecuada todos los  episodios isquémicos.
Por otra parte, y a pesar de ser más objetiva que la cardiotocografía, la  pulsioximetría según recomendaciones de  American College of Obstetricians  and Gynaecologists (ACOG) no se debe utilizar en todos los partos, ya que es  invasiva y eleva el costo de la monitorización.

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