La hipoxia fetal intraparto puede producirse en cualquier
momento del período de dilatación y/o expulsivo. Los métodos de control fetal
pretenden identificar al feto presumiblemente sano y al feto posiblemente
hipóxico, y actuar en consecuencia según los protocolos de cada centro.
Corresponde a la matrona la interpretación cardiotocográfica
durante el parto, además de al obstetra en formación y al obstetra
especializado.
Por tanto, es esencial para la enfermera
obstétrico-ginecológica (matrona) conocer de forma exhaustiva los diferentes
métodos de control fetal.
La pulsioximetría es un nuevo método de control, que se va
introduciendo en nuestras salas de partos y que viene a representar un paso más
en la difícil tarea de interpretar el bienestar fetal.
La asistencia y el control fetal durante el parto tienen
como principal objetivo disminuir la
morbimortalidad fetal, destinando sus esfuerzos al diagnóstico del sufrimiento fetal en el parto teniendo en cuenta que éste en su
fase final supone la alteración del
equilibrio ácido-base, que podría producir una asfixia perinatal, con el consiguiente daño
neurológico posterior.
Tiene la ventaja de ser mínimamente invasiva y fácil de
usar. La saturación de hemoglobina fetal oxigenada es un buen parámetro para
medir el contenido-déficit fetal de oxígeno. Una saturación menor del 30%
durante un periodo de tiempo superior a 10 minutos se correlaciona con una
pHmetría de micromuestra de cuero cabelludo fetal <7,20 y es predictivo de
mal pronóstico neonatal.
También influye de manera decisiva en el descenso de la
morbimortalidad fetal las condiciones en
las que el feto llega a la situación de estrés que el parto supone, la vigilancia fetal anteparto se
encarga de que estas condiciones sean
óptimas.
Procedimiento
Las indicaciones de la pulsioximetría incluyen:
1) Existencia de alteraciones de la frecuencia cardiaca
fetal que puedan traducir RPBF,
2) Arritmias fetales.
Los requisitos para la colocación del sensor son:
1) Membranas rotas.
2) Dilatación cervical igual o superior a 2 cm, aunque es
posible la inserción con menor
dilatación.
3) Presentación encajada, para que al moverse menos se
perciba mejor la señal.
4) Conocer la estática fetal para así poder colocarlo en la
región más adecuada.
El umbral crítico entre SpO2 normal y patológica se ha establecido
de forma casi unánime en el 30%, ya que
una SaO2 < al 30% durante más de 10
minutos se asocia a un 50% de pH en arteria umbilical inferiores a 7.20
(nivel de evidencia III). Además,
experimentalmente se ha demostrado que cuando la saturación de O2 se encuentra a niveles
superiores al 30% el metabolismo oxidativo puede mantenerse.
Con respecto a la seguridad de la técnica, conviene precisar
que es invasiva para la madre y con los nuevos sensores también para el feto,
pero en estudios controlados no se ha
constatado que aumente la pérdida de sangre intraparto o la incidencia de fiebre puerperal.
Lugar de la pulsioximetría en la vigilancia fetal intraparto
Aunque con la pulsioximetría se estudia la oxigenación fetal
de forma continua, este método no
sustituye al análisis de sangre fetal, ya que el pH es el parámetro que mejor refleja los efectos
negativos del estado acido básico.
Además, la pulsioximetría no da información completa en
todas las situaciones patológicas
mientras que con el pH se identifican de
forma adecuada todos los episodios
isquémicos.
Por otra parte, y a pesar de ser más objetiva que la
cardiotocografía, la pulsioximetría
según recomendaciones de American
College of Obstetricians and
Gynaecologists (ACOG) no se debe utilizar en todos los partos, ya que es invasiva y eleva el costo de la
monitorización.
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