¿Qué es?
La Toxoplasmosis es una enfermedad infecciosa producida por
un parásito llamado Toxoplasma Gondii.
La infección en adultos raramente produce síntomas, sin
embargo, en las embarazadas se presentan lesiones en la placenta y de esta
manera, el feto puede infectarse.
El riesgo de infección del feto aumenta según aumentan las
semanas de gestación. Es decir, si te infectas durante el primer trimestre, el
riesgo de que tu bebé se infecte es de un 15% aproximadamente. Este riesgo se
incrementa a un 30% si te infectas en el
segundo trimestre y a un 60% si la infección se produce en el tercer trimestre.
Sin embargo, cuanto antes se produzca la infección, más
probabilidades hay de que las consecuencias para el feto sea mayores.
¿Puedo ser inmune a
la toxoplasmosis?
Se calcula que alrededor de un 15% de las mujeres en edad
fértil son inmunes al toxoplasma. Esto quiere decir que en algún momento de su
vida han estado en contacto con este parásito y esto no les ha provocado ningún
problema porque su sistema inmunitario funciona correctamente).
Consecuentemente estas mujeres no pueden
contagiarse.
El resto de mujeres (aproximadamente el 85%) podrían
contagiarse. Por lo tanto, si estás embarazada, a menos que tengas la certeza
de que eres inmune (tu matrona te solicitará una analítica de sangre para
comprobarlo), debes tomar una serie de precauciones que se explican a
continuación.
¿Dónde se encuentra
el Toxoplasma Gondii?
Los gatos son huéspedes del Toxoplasma Gondii (eso quiere
decir que el parásito crece y se reproduce en su interior) y lo transmiten a
través de las heces.
También otras especies infectadas albergan el parásito en sus tejidos de forma
permanente, en los llamados "quistes de tejidos". La carne de cerdo,
de cordero y de presas de caza son las que albergan este parásito con más
frecuencia, pero cualquier tipo de carne puede estar infectada.
¿Cómo prevenir la Toxoplasmosis?
No existe vacuna contra la
toxoplasmosis pero se puede prevenir con una serie de recomendaciones seguras
que debes seguir durante el embarazo:
·
Evitar la carne cruda,
curada en sal, ahumada o poco cocinada
(cocinarla a temperatura adecuada de modo que se “pase” bien).
·
Pela y/o lava
exhaustivamente las frutas y vegetales antes de su consumo. No comas fruta
directamente del árbol, aunque te parezca de “confianza”.
·
No te toques la boca,
la nariz ni los ojos mientras estés preparando comida y lávate siempre las
manos antes de comer.
·
No bebas leche que no
esté pasteurizada o comas alimentos hechos con leche no pasteurizada y evita
comer huevos crudos.
·
Limpiar bien las
superficies y utensilios de la cocina que contienen carne cruda, aves, pescado,
frutas y vegetales no lavados.
·
Usar guantes
cuando cambies la tierra del gato. Si es
posible, lo ideal es que esa tarea la haga otra persona y que se cambie todos
los días.
·
Evitar alimentar a los
gatos con carne cruda o mal cocinada (darles preferiblemente pienso especial
para gatos).
·
Mantener a los gatos
en el interior de casa y no permitas que te regalen un nuevo gato durante el
embarazo.
·
Utiliza guantes cuando
trabajes en el jardín y no te toques la boca, la nariz ni los ojos con las
manos hasta que te las hayas lavado bien, ya que en el jardín pueden haber
restos de heces de un gato infectado.
¿Cómo afecta la toxoplasmosis a mi bebé?
La infección en el feto y en el
recién nacido puede tener efectos muy graves (incluido abortos). Algunos bebés
tienen síntomas de toxoplasmosis al nacer, incluyendo hepatomegalia (aumento
del tamaño del hígado) e ictericia, esplenomegalia (aumento del tamaño del bazo),
bajo recuento de plaquetas, sarpullido, infección cardiaca o pulmonar y
adenopatía (aumento del tamaño de los ganglios linfáticos).
Sin embargo, la gran mayoría de los bebés que sufren toxoplasmosis congénita, especialmente aquellos infectados en la última etapa del embarazo, parecen normales al nacer pero, después de meses o incluso después de muchos años, pueden desarrollar problemas graves.
Sin embargo, la gran mayoría de los bebés que sufren toxoplasmosis congénita, especialmente aquellos infectados en la última etapa del embarazo, parecen normales al nacer pero, después de meses o incluso después de muchos años, pueden desarrollar problemas graves.
Aunque existen tratamientos para
los recién nacidos, recuerda que el mejor tratamiento para tu bebe es la prevención.
¿Me harán pruebas para saber si soy inmune a la
toxoplasmosis?
No existe consenso a nivel
mundial, pero en nuestro ámbito, te harán controles para saber si eres inmune a
la toxoplasmosis. En caso de que no lo
seas (recuerda que es lo más habitual)
te harán un seguimiento durante todo el embarazo.
Por eso es muy importante que vayas a tu matrona
desde un primer momento y que acudas a las citas que ella te programe.Tu matrona te resolverá cualquier duda.
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